Un trabajo de elaboración con los distintos ejes que estructuran la persona: el físico, el emocional y el cognitivo, todos ellos interrelacionados. La persona puede decidir empezar un proceso en terapia como un crecimiento personal elegido desde el bienestar y ganas de conocerse más y sentirse mejor, así como también solicitar este acompañamiento terapéutico por temas que nos inquietan en nuestro día a día y nos llevan a un estado de desequilibrio y malestar de diversa índole (relacional, de autoestima, estrés, malestar físico repetitivo, bloqueo de la percepción sensorial y emocional, falta de ánimo y sentido vital, etc.)

 

Estos nos limitan en nuestro hacer cotidiano, generando desconfianza y precariedad tanto en nuestro entorno con el que querríamos poder interactuar con libertad y tranquilidad,  como con una misma, en lugar de sentir disponibles nuestros recursos propios: capacidades y potencialidades que todos tenemos. Lo que en consulta se verá y tratará será lo adecuado en función del momento vital de la persona, en lo que expresa y muestra en el presente, acuñando lo que corresponde en esas fases que se desvelan del desarrollo humano,  las inquietudes y malestares así como capacidades varían en cada una, pero lo absolutamente transversal en todas nosotras, al margen de la edad, son nuestras necesidades instintivas profundas y estas son universales.